Los implantes cerámicos son una novedosa tecnología que se ve muy prometedora. Son implantes útiles, duraderos y resistentes; que superan incluso a sus antecesores.
La tecnología avanza, a un veloz ritmo. Estos avances traen novedades que siempre son bien recibidas, aunque también vienen retos.
¿Qué son los implantes cerámicos? La implantología
Se trata de una técnica en la que en vez de usar implantes de titanio, que son los más comunes, se usa cerámica.
El dióxido de zirconio es un material muy resistente y capaz de ajustarse al cuerpo y a los huesos.
Al igual que el titanio, los implantes cerámicos tienen un correcto proceso de curación y osteointegrado. Este es el problema de la mayor parte de los demás materiales que se han probado, del que no hay que preocuparse con la cerámica.
¿Cómo funcionan los implantes cerámicos?
Los implantes son tan solo un tornillo que se incrusta en el hueso de la mandíbula para reemplazar la raíz de la pieza dental. Posteriormente, lo que se utilice como la corona del diente mismo es lo particular.
Aunque los implantes de titanio son la norma general, los cerámicos están adquiriendo terreno.
Este tipo de implantes son más naturales, estéticos, e incluso más duraderos y menos molestos. Y hay más.
Ventajas de los implantes cerámicos frente a los implantes de titanio
Los implantes cerámicos tienen muchas ventajas. Lo primero y más claro es la estética; estos aparentan más la naturalidad de un diente real, en general no parecen implantes.
Además, son menos exigentes en cuanto a cuidados. El tono gris y la poca adaptabilidad a la encía de aquellos implantes hechos de titanio no se compara la fácil integración de uno cerámico.
Incluso los implantes de titanio tienden a acumular más sarro y bacterias que aquellos hechos de cerámica. Gracias a esto, los implantes de cerámica son una gran opción que aunque aún no son el estándar, se ven muy prometedores.